Por Mariano Belenguer
Cuenta la leyenda que en la isla escaseaba el agua y
que los conquistadores andaban desesperados en su búsqueda. Los indígenas del lugar, los bimbaches, guardaban celosamente el secreto, mientras conservaban la esperanza de que los intrusos hispanos desistieran y abandonaran su territorio.
Vídeo(cc): Samuel Domínguez
Pero ocurrió que la bella princesa Agarafa, hija del rey bimbache, se dejó deslumbrar por las resplandecientes espadas y las pomposas armaduras de los invasores, con tan desacierto que se enamoró de uno de ellos, el capitán Gonzalo Alvear. Un día, a escondidas, ella le acercó confiada hasta el lugar y le confesó el secreto de la supervivencia de su pueblo: el agua la obtenían del Garoé, el árbol sagrado que desprendía el líquido de sus hojas.
En mal momento se fio la muchacha de su amante innoble y traidor; al poco tiempo los conquistadores cercaron y se adueñaron del árbol y la enamorada murió ajusticiada a manos de su propio pueblo.
© M. Belenguer
Según los historiadores Esero es el nombre que le pusieron a su isla los pobladores indígenas. Hoy es la isla de El Hierro, la más occidental de las Canarias, la más pequeña y la menos explotada por el turismo. En el año 2000 fue declarada Reserva de la Biosfera. El valor patrimonial cultural, natural y paisajístico es incalculable. Y toda esta riqueza se concentra sobre una heterogénea y agreste superficie de 29 kilómetros en su parte más larga.
Está geológicamente tan viva que en 2011 un volcán submarino, a 2 kilómetros de la costa tuvo en vilo a toda la población. Los ritmos de sus gentes son apacibles hasta el punto de que raramente se escucha el bocinazo impaciente de un coche por sus sinuosas carreteras. Solo algún turista imbécil, equivocado de lugar, toca el claxon de forma injustificada.
No, la isla de El Hierro no es un lugar para viajeros playeros discotequeros, precipitados y ruidosos que solo se observan a sí mismos a través de sus selfies. ¡Por favor absténganse de ir!.
Apenas hay playas de finas arenas blancas, solo grises y negras; rocas volcánicas y mucha, muchísima riqueza geológica, natural y etnográfica. No perturben la isla del árbol sagrado.
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FRANCISCO GARCIA HIDALGO (lunes, 24 enero 2022 13:36)
Buen reportaje aunque yo, como propietario de una casita-pajero que se alquila en el Pozo de las Calcosas, no le diría a la gente, así sea la que busca sol y playa que no vengan...
ciderto que El Hierro no es isla para el turismo de masas y ese es uno de sus mayores encantos, pero todos los visitantes son bienvenidos y en los momentos actuales con la grave crisis derivada de la pandemia del COVID, más, allí puede que sea más fácil aislarse y relajarse de la tensión diaria de la vida y el trabajo en las ciudades sobretodo.
Luisa Fernández (sábado, 05 febrero 2022 13:27)
Qué fotorreportaje tan lindo. Las fotos hermosas.
Antonio Romero (lunes, 07 febrero 2022 11:50)
Muy buenas fotos. Mis felicitaciones a vuestra página web, es muy útil. Saludos.
M. Arregui (sábado, 19 febrero 2022 11:18)
Enhorabuena por tu reportaje. Las fotos son excelentes y el texto muy acertado.