INFORMACIÓN: El viaje que cambió el rumbo de la pintura de Dalí

A raíz del lanzamiento de las bombas nucleares por parte de EE.UU en Hiroshima y Nagasaki, a Dalí le sobrevino un sentimiento sobrecogedor ante la potencia del átomo y las consecuencias que podía tener sobre todos nosotros. Pero, a su vez, también se hace consciente de los avances en tecnología y ciencia que el mundo entero estaba experimentando. Por un lado, España, sumida en la dictadura, recién salida de la Guerra Civil, muy lejos del lugar en el cual Salvador Dalí permanecerá casi una década. Por el otro, Estados Unidos, otro mundo y casi otra dimensión. “La explosión me conmovió sísmicamente. Desde aquel momento el átomo fue mi tema preferido”, declaró el artista.

Compaginándolo con otras actividades diferentes, como el diseño de moda o la escritura, este viaje cambia la perspectiva de Dalí también en el entorno artístico. Abrumado, se desplaza desde el método paranoico-crítico del surrealismo, que él elaboró, hacia el átomo. Para este pintor, la paranoia hacía posible que el cerebro percibiera enlaces entre objetos que, a primera instancia, no estaban relacionados. Sin embargo, en estos momentos convierte en su tema principal el átomo. Como, por ejemplo, al incorporar elementos flotantes en sus cuadro. Es el caso de Leda Atómica, uno de sus cuadros más importantes, pintado entre 1947 y 1949.

Entre 1947 y 1948 se expuso en la galería Bignou de Nueva York, aunque Dalí explicó en el prólogo del catálogo de la exposición que no estaba finalizado, y que lo exhibía en proceso para que aquellos interesados en su técnica pudieran estudiarla. Se trata de una obra elaborada según la “divina proporción” de fra Luca Paccioli, según se explica en la página web de la Fundació Gala-Salvador Dalí, donde se encuentra el cuadro. Pero también cuenta con referencias matemáticas. En su costumbre por seguir un camino propio, a diferencia de sus contemporáneos, era una forma de reflejar en su obra ese giro de perspectiva que experimentó en ese viaje a Nueva York. Por esto, Dalí afirmaba entonces que cualquier obra de arte con entidad debía fundamentarse en el cálculo. De ahí los elementos suspendidos en el cuadro.

En este caso, es Leda Atómica quien sigue los pasos de su autor y creador, viajando de forma excepcional desde la Fundació Gala-Salvador Dalí para inaugurar la temporada de exposiciones en CaixaForum Sevilla, donde se estrenó el pasado 24 de octubre y donde se podrá visitar hasta el 3 de febrero. Después, continuará su viaje hasta CaixaForum Zaragoza. Toda la exposición gira en torno a esta obra en particular, que se presenta emulando su ubicación original. Además, la acompañan una serie de piezas, 38 originales entre los que se encuentran dibujos, fotografías, documentos...que ayudan a explicar la apasionante historia que hay detrás de este cuadro. El propio Dalí escribió sobre el cuadro que “Leda Atómica es el cuadro clave de nuestra vida. Todo está suspendido en el espacio, sin que ninguna cosa toque a otra. El propio mar se eleva a distancia de la tierra”.