Por Noemí Morejón
Los poblados indígenas de Bolivia comienzan a sufrir las consecuencias del cambio climático. Las sequías, inundaciones e incluso los incendios forestales, han obligado a los indígenas de esta región a emigrar de sus territorios, especialmente de la Amazonia y el Chaco, hacia otras zonas donde las condiciones de vida no son las idóneas para su desarrollo. Ya, desde 2008, las tribus indígenas del Pacífico han acarreado con esta nueva problemática.
Los pueblos indígenas no sólo tienen problemas en el ámbito de los derechos humanos, sino que ahora se le suma la pérdida de sus tierras y territorios ancestrales, como consecuencia del cambio climático. Muchos poblados corren el riesgo de perder sus territorios tradicionales y, por tanto, de desaparecer como pueblos con identidad propia.
Según Aniceto Ayala, secretario de Cambio Climático y Medio Ambiente de la Confederación Nacional de Pueblos Indígenas de Bolivia (CIDOB), "las comunidades enteras se han visto obligadas a dejar sus hogares debido a la falta de agua en algunos lugares y en otros por los constantes desbordes de los ríos".
El dirigente manifestó que el calentamiento global, provocado por la contaminación del medio ambiente en los últimos tiempos, ha derivado en la pérdida de numerosas especies que se utilizan como medicina tradicional, así como para construir artesanías y viviendas. También reveló que en los pueblos indígenas de Chaco, Oriente y Amazonía, es incontable la pérdida en sus comunidades, puesto que toda su biodiversidad ha quedado prácticamente destrozada, siendo esta la principal fuente de vida de las naciones originarias.
La falta de seguridad alimentaria en los poblados indígenas constituye una amenaza para esta región, de la misma manera que ocurrió en el Pacífico. La agricultura, principal fuente de alimentos, se están volviendo cada vez más vulnerable a causa de los efectos del calor en las plantas y la infiltración de agua salada, especialmente en los pequeños estados insulares que componen la región del Pacífico oriental.
Ahora, muchos pueblos indígenas se plantean su futuro en el Amazonia, Chaco y Oriente y empiezan a optar por la migración temporal o circular, como solución a la escasez de recursos. Sin embargo, a medida que el ambiente sigue degradándose, la posibilidad de emigrar de forma definitiva por haber perdido sus tierras, toma fuerza y el miedo a la desaparición de estas culturas ancestrales se hace cada día más patente.
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