INFORMACIÓN: Ruptura diplomática entre Malaui y Tanzania

Saludo entre Kikwete y Banda. ©The Maravi Post
Saludo entre Kikwete y Banda. ©The Maravi Post

Por Javi Domínguez (corresponsal en África)

 

Malaui y Tanzania no atraviesan por sus mejores momentos diplomáticos. La relación entre ambos países se ha deteriorado debido a las divergencias fronterizas en torno al lago Malaui o Nyassa. 

 

 

La presidenta de Malaui, Joyce Banda, ha suspendido el diálogo con Tanzania tras su regreso de la 67 Asamblea General de la ONU. Con Banda en Nueva York, el gobierno tanzano de Jakaya Kikwete ha hecho oficial un mapa del territorio nacional donde se incluyen las zonas septentrionales del lago correspondientes a Malaui. Este hecho ha llevado a Lilongüe a condenar la actuación de Tanzania y a paralizar todo tipo de negociaciones.

 

Las delimitaciones fronterizas entre Malaui y Tanzania con respecto al lago siempre han estado entredichas a pesar de que el tratado firmado por las colonias de Gran Bretaña y Alemania respectivamente da plena soberanía a Malaui. El Tratado angloalemán de 1890 ha intentado ser revisado desde entonces sin ningún tipo de acuerdo entre ambas partes.

 

La controversia por establecer las fronteras del tercer lago más grande del continente tras el Tanganika y el Victoria, ambos curiosamente en suelo tanzano, ha tomado un cariz más conflictivo debido a las recientes exploraciones en busca de petróleo y gas en las zonas partícipes en la pugna.  

 

Hace unos meses, cuando todavía presidía el gobierno malauí el fallecido Bingu wa Mutharinke, comenzaron a realizarse las indagaciones de petróleo y gas en el norte del lago. La concesión para las pertinentes maniobras se otorgó a la empresa británica Surestream Petroleum. Este hecho fue el detonante para que el gobierno de Kikwete iniciase las negociaciones para reclamar su parte del lago ya que las exploraciones se están llevando a cabo en el lago Nyassa, es decir, dentro de los límites que Dar es Salaam atribuye para sí.

 

La administración de Kikwete se opuso a los trabajos de la compañía británica exponiendo que el hallazgo de petróleo o gas agravaría la situación. Ante el deterioro de las relaciones de los gabinetes debido a los fallidos intentos de llegar a un acuerdo, el gobierno malauí apuesta por mantener la calma e invita a Tanzania a llevar el caso ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ). Kikwote no ve con buenos ojos esta medida y apela a los derechos de los pueblos tanzanos limítrofes con el lago para llegar a un acuerdo mutuo.

 

Por otro lado, parte de las poblaciones malauís se oponen a los trabajos de Surestream Petroleum ya que temen algún posible derrame o vertido. Los lugareños prefieren seguir viviendo del turismo, la conservación de los parajes y rehúsan la posibilidad de una futura planta petrolífera que afectaría al entorno de sus pueblos. 

 

La disputa por el dominio del lago se intuye duradera aunque Tanzania ya ha movido ficha presionando a Lilongüe al incluir las regiones del lago Nyassa en el nuevo mapa. Malaui se mantiene a la espera a sabiendas que tiene muchas oportunidades si el caso se aborda en la CIJ y se aferra a la respuesta internacional si Dar es Salaam intenta cualquier conflicto armado.

 

 

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